Para mí, es gratificante ser partícipe de recibir un vehículo con problemas o fallas en sus condiciones normales de trabajo y poder devolvérselo al cliente trabajando de manera adecuada.
También, produce alegría y satisfacción “ver” y “oírle” decir al cliente (cuando recibe su vehículo) que ese no es el mismo que trajo; y/o que no creía que pudiera salir tan reluciente y solucionados todos los problemas con los que llegó inicialmente.